Sangre de Castilla Admin
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| Tema: [Carta de la Ciudadanía] Libertad de decisión Jue Jul 23, 2009 7:31 pm | |
| Quisiera con esta carta responder al señor Víbora algunas de las cuestiones que planteó en el anterior número con su carta “Una práctica de libertad”.
Vivir en sociedad no requiere necesariamente la renuncia de la libertad, solo en aquella sociedad que es justa se requiere (es una condición necesaria) que todos los miembros de la sociedad renuncien por igual a una porción de libertad. No obstante, esta libertad a la que aquí se hace referencia no es la libertad de la que hablo en mi artículo sobre “una idea de libertad”. Tal vez no se me haya entendido bien, pero allí hacía referencia no a la libertad de hacer lo que uno quiera sino a la libertad de poder participar, en todo momento, en todo aquello que afecte a la persona por el hecho de vivir en sociedad, pues ya doy por sentado que vivir en una sociedad justa implica ciertas renuncias de todos los miembros de esa sociedad. Nótese que hago hincapié en el adjetivo “justa”, ya que en una sociedad injusta, donde unos miembros tengan privilegios sobre otros, estos privilegiados bien pueden no renunciar a nada. Esto puede ocurrir en monarquías y oligarquías, sin que esto tenga que ser necesariamente reprochable, sin embargo, en una república (y me refiero al ideal de república de Aristóteles) la existencia de privilegiados no solo es reprochable, sino que además, no debería de existir.
La cuestión para mi no es qué sistema de gobierno elige la persona libremente, porque para mi, la persona, que no puede renunciar a decidir sobre aquello que afecta a su vida en sociedad, solo tiene un sistema de gobierno aceptable para poder desarrollar plenamente este concepto de libertad de decisión. Y ese sistema no es otro que aquél que le asegure su participación plena y directa en la política. Por tanto es evidente que tanto una monarquía como una oligarquía (entendidas ambas en el sentido clásico) no son, siquiera, opciones elegibles para una persona definida en los términos de Aristóteles, esto es, como un animal político. Así, como se entenderá, aun es menos posible la aceptación de la esclavitud, pues sería renunciar a ser persona, y una persona no puede renunciar a ser lo que es: persona.
Coincido con el señor Víbora, que esta libertad implica, o conlleva, la aceptación de una responsabilidad, la cual es ineludible. Pero esta responsabilidad no está tan ligada con las consecuencias como con la decisión tomada gracias a esa libertad. Les pondré un ejemplo: si en un camino yo tengo preferencia de paso y, atendiendo a esa preferencia de paso, avanzo y resulta que al mismo tiempo alguien que no tiene preferencia de paso avanza, la consecuencia de ello bien puede ser una colisión. Como se puede ver, yo no sería responsable de la colisión (la consecuencia).
Gusito | |
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