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 [Artículo] Un día de pesca

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Sangre de Castilla
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[Artículo] Un día de pesca Empty
MensajeTema: [Artículo] Un día de pesca   [Artículo] Un día de pesca EmptyMar Mar 23, 2010 1:14 am

[Artículo] Un día de pesca Dadepesca

    Cuentan que no hace mucho tiempo, estaba un joven pescando en Osma cerca de la orilla cuando aparecieron dos viejos con sus cañas que parecían venir discutiendo sobre algo muy importante.

    Mientras los peces decidían picar el anzuelo, el joven observó como los dos viejos se colocaban cerca de él y, sin dejar la conversación, lanzaban al agua los sedales. Y como la pesca es un arte que requiere mucha paciencia, el joven se dejó llevar por las palabras y argumentos que los dos viejos pescadores cruzaban.


    - He leído el artículo publicado en Sangre de Castilla sobre la sucesión al trono y me gustaría señalarle la contradicción en la que cae el autor.
    Afirma que nadie puede proponerse como candidato a rey, pues éste ha de ser el más virtuoso de los ciudadanos y él no podría postularse pues entonces carecería de humildad. Tampoco nadie puede reconocerlo, pues cada ciudadano caería en esa misma falta de virtud.

    - De ahí, el autor desprende la idea de que por esa imposibilidad de escoger a un rey, la monarquía es imposible y no nos queda otra alternativa que recurrir a la república. Si admitimos su razonamiento, a la hora de tratar de escoger al jefe del estado en dicha república, deberíamos optar por el más virtuoso de los ciudadanos, pues no por tratarse de una república los ciudadanos pueden conformarse con menos, ya que eso indicaría que la república en sí es corrupta en su base. Y cuando queramos buscar al más virtuoso de los castellanos... incurriríamos en el mismo sofisma que para el caso de la monarquía.

    - Luego, lo único que nos queda es el caos. Rechacemos cualquier forma de gobierno por la imposibilidad de hallar candidato elegible.
    No se trata de encontrar la perfección, sino la opción menos mala de las disponibles, eso es gobernar.

    Palabras, realmente sabias, pensó el muchacho, se nota que la experiencia aporta sabiduría. Pero el otro viejo argumentaba en contra del primero.

    - Efectivamente compañero, si buscamos un Jefe de la República estaríamos en el mismo caso. Lo que sucede es que estas pensando en una república de las actuales... cuando la república de la que se habla es una república asamblearia sin un Jefe de la República.

    - En ese ideal (utópico dirás tú, y tendría que darte parte de razón), el Gobierno sería solo un gestor de la voluntad de la ciudadanía que decidiría las cosas en asamblea. No todas las cosas, sino las cosas importantes, como por ejemplo: las leyes, que para poder ser emitidas, modificadas o anuladas, tendrían que ser debatidas y votadas por la ciudadanía en la asamblea.

    Hermoso sistema asambleario le pareció al joven el propuesto por el otro viejo, un bonito ideal para un prometedor futuro.

    - ¿Y ese Consejo Rector no podrían ser la Cortes?

    - No existe tanta diferencia entre la República y la Monarquía. Es más, históricamente las repúblicas terminaron transformándose en monarquías, cuando no en tiranías. Hablo de Grecia, Roma o las llamadas repúblicas de la península itálica.

    Sinceramente, creo que unas Cortes efectivas son una buena base para el entendimiento, pues podríamos unir la representatividad de los distintos estamentos sociales y la monarquía.

    - Donde no sé si podremos ponernos de acuerdo es en la legislación necesaria. Yo soy más partidario de pocas normas y mucho sentido común, no me gusta un sistema legal enrevesado que encorsete cualquier actuación y obligue a revisar 100 artículos legales antes de hacer nada. Claro que eso puede ser consecuencia de mi formación militar.

    Antes de que el joven pudiese reflexionar sobre las nuevas ideas, el segundo viejo ya lanzaba su respuesta.

    - El sistema por el que abogo, es una república que en realidad no ha existido jamás. Se basa en las aportaciones de Aristóteles, pero no al 100 %. Ten en cuenta que en la Grecia clásica las mujeres no podían participar en la política como lo hacían los hombres. Y además tenían esclavos que participaban aun menos que las mujeres.

    En este sentido, mi propuesta de Asamblea, es una asamblea popular donde participaría libremente toda la ciudadanía. No se trata de un sistema representativo (participación indirecta), sino un sistema de participación directa. Por ello, no es suficiente con las Cortes, al ser un sistema representativo.

    Por eso, la república que planteo no tiene nada que ver con otras repúblicas ni anteriores al siglo XV, ni de nuestro siglo XV (ésas de la península itálica). De manera que es algo bastante utópico.

    Que otras repúblicas se hayan transformado en monarquías no debe de impedirnos soñar con una república. Por ejemplo, la República de Roma (sin ser el tipo de república por el que abogo), duró casi 500 años, y cuando se instauró fue para sustituir a una monarquía que había durado unos 250 años. Luego vendría la guerra civil que acabó convirtiendo Roma en un Imperio, un Imperio que acabaría disolviéndose definitivamente unos 500 años después.

    Con esto le quiero decir que nada dura para siempre y que estamos sometidos al cambio. Por ello no me desanimo en seguir persiguiendo mi sueño de una república basada en una asamblea popular.

    Sobre la legislación, seguramente habría que intentar agilizar parte de ella para que no sea tan pesada.

    Y volvía el primero a rebatir.

    - Pero un sistema asamblario general sólo sería operativo en una pequeña comunidad.
    Andar reuniendo a 500 ciudadanos para cada Asamblea resulta totalmente inoperativo, esa república estaría destinada a morir de puro aburrimiento.
    Tenga en cuenta que gobernar implica actuar y su propuesta no terminaría nunca de reunir, debatir y votar. Toda decisión llegaría tarde, en el caso de que llegase.

    Hasta él, aun siendo tan joven, conocía de las dilaciones en cualquier decisión asamblearia, aunque ya sospechaba que algo tendría que añadir el otro viejo.

    - Sí, soy consciente que cuanto más pequeña es la comunidad, más operativa es la asamblea. De ahí otra de mis ideas, que es la de las Ciudades-Estado. No obstante, tenga en cuenta que en Castilla no se suele reunir mucha gente para debatir y votar. Por ejemplo, hace poco se ha llevado a cabo un Referéndum, han votado un total de 69 personas (algunas fuera de plazo). Se ha llevado a cabo un debate paralelo y han participado menos de la mitad de las personas que han votado.

    Evidentemente, se tarda más en tomar decisiones. Pero no tiene por qué ser eterno. Se ha de establecer un protocolo, unos tiempos para debatir y unos tiempos para votar. Además, se podría establecer distintos niveles de importancia en los asuntos a debatir e incluso, establecer situaciones de emergencia en las que el Gobierno (que serían meros gestores) pudiera actuar sin consultar a la ciudadanía, aunque manteniéndola plenamente informada.

    Por ejemplo: la creación o modificación de una Ley podría llevarse a cabo con más margen de tiempo que otras decisiones. Mientras que en caso de guerra se podría declarar una situación de emergencia y dejar que las primeras decisiones importantes se tomen antes de la reunión asamblearia.

    Esto salvaba algunos escollos del sistema, pensó el joven.

    - Luego su utopía consiste en la democracia perfecta basada en ciudadanos imperfectos, pues en cuanto hay demasiados ciudadanos responsables y competentes que acudan a la asamblea, más inoperativo es el sistema.

    Creo que finalmente, su sistema necesita de un pequeño grupo de ciudadanos responsables y una gran masa de habitantes despreocupados, por lo que habla de una oligocracia. ¿Podría ser?

    Eso de oligocracia ya no le sonaba tan bien al muchacho.

    - Prefiero que se use el término "república" empleado por Aristóteles en su libro Política, donde distinguía la democracia de la república.

    Los ciudadanos somos imperfectos, como usted bien dice. De hecho, según el Libro de las Virtudes, solo es perfecto Dios. Si hubiera un ciudadano perfecto o muy cercano a serlo, según Aristóteles debería de ser considerado Rey.

    Usted apunta a una cuestión importante: la participación. Y añade un concepto muy interesante: "ciudadanos responsables". Son dos cuestiones básicas en la República. Pero ello no tiene porqué hacer inoperativa la Asamblea, ya que los tiempos de debate y de votación deben de estar definidos previamente. En todo caso, los debates serían más intensos y más ricos, ya que contarían con más puntos de vista, lo que permite tener en cuenta más posibilidades y soluciones.

    Sin embargo, aunque pueda parecer que el hecho que no participen todos los ciudadanos se pueda parecer a una oligarquía, ello no significa que sea así. En una oligarquía solo unos pocos pueden tomar decisiones, aquellos privilegiados. En una república pueden hacerlo todos; quien no lo hace es porque no quiere. Y esa es la principal libertad republicana: la posibilidad de participar libre y directamente en la "res publica" (cosa pública).

    El sol estaba a punto de ponerse y el joven advirtió que había estado tan absorto en la discusión que había terminado el día y no había pescado nada. Se había olvidado de la caña, el sedal y el chivato pendiente de los argumentos de uno y otro viejo. Ahora resultaba que, en definitiva, no había sacado nada en claro de la discusión ni de la pesca.
    Los viejos se levantaron, recogieron sus cañas sin mirarlas siquiera y comenzaron a andar de vuelta a Osma argumentando cada uno sus ideas en contra del otro.

    El joven quedó en pie junto a su caña y su cesto vacío de pescados. Estaba pensando en que ese día no tenía nada que vender en el mercado, tocaría ayunar hasta el día siguiente, cuando advirtió que los viejos, al alejarse, sólo portaban sus cañas. Ninguno de los dos había venido preparado con una caja de cebos ni un cesto para llevar las capturas. Ellos no se habían acercado al lago a pescar, si no a debatir, y él había perdido el día tan necesario por estar pendiente de sus discusiones bizantinas.

    El joven decidió hacerse con una barca y pescar en medio del lago en solitario, donde ninguna distracción le impidiese realizar una buena captura.


    Vibora de Guzmán y Astarriba de Birra
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